«Jugar a baloncesto adaptado, más allá de la práctica, nos ha aportado mucho a todos nosotros, ayuda a la inserción en muchos aspectos de la vida, es la mar de positivo. Además, contamos con la particularidad de que este deporte, en la entidad, lo realizan, también, personas sin discapacidad, ahora mismo son tres y juegan en igualdad de condiciones. Creemos que es una tarea de empatía interesante».
Así resume el presidente de la junta directiva del Club Esportiu Costa Daurada, Manel Seva, la parte más social de la entidad a la que representa. Como dicha agrupación deportiva, hay una gran diversidad de entidades en la capital del Baix Camp que apuestan por transmitir valores sociales a través de la enseñanza de diferentes disciplinas. En este artículo, hablamos del baloncesto adaptado y el baile en línea.
Volviendo al mencionado club, este ha pasado, desde su constitución en 1975, por numerosos cambios: tan solo desde hace cerca de 10 años, se centra solo en el baloncesto adaptado. «La pasada temporada no pudimos acabar de competir por falta de patrocinadores, la acabamos de repente, pero esperamos seguir compitiendo en la liga catalana y poder llegar a la estatal», expresa Seva. Siguen «activos y entrenando» para las próximas citas deportivas de baloncesto adaptado que tendrán lugar «más adelante, en abril». «El apoyo económico, a menudo, marca la trayectoria de asociaciones como la nuestra, competir significa, también invertir en desplazamientos y en el mantenimiento de las sillas deportivas».
Ahora mismo, «somos una veintena de miembros y todos podemos decir que ingresar en la entidad nos ha permitido conocer a gente con inquietudes parecidas», declara. Seva cree que el «baloncesto adaptado tiene mucho potencial, porque el antes y el después marca la diferencia en las personas, aquí lo hemos visto, pues nos ha llegado gente que ha acabado ganando en autonomía y seguridad en sí misma». Eso, reconoce, «no tiene precio». Algo tan inicial como «saber pasar de la silla habitual a la deportiva –cuenta– supone un mundo al principio, y nosotros, lo que hacemos, es enseñar a hacerlo cuando se empieza». Tras algunas sesiones más, «los animamos a que lo hagan solos, a que lo consigan por su cuenta».
Todo lo que hacemos, en el club, al final, se traslada a la vida cotidiana y practicar deporte realmente funciona, porque sales de casa y vives experiencias, adquieres unas herramientas». La entidad, de hecho, se siente «más que un club»: «Creemos importantísimo tener al alcance psicólogos y fisioterapeutas, ahora se habla más de bienestar emocional que no años atrás, e integrarse en la sociedad y visibilizar colectivos más diversos de personas es fundamental». Desde el Club Esportiu Costa Daurada recuerdan que, «en el club, todo el mundo tiene cabida, hay que promover que la sociedad sea más proactiva».
Por otro lado, Isabel Castillo, quien enseña baile en línea, entre otros tipos, tanto en Reus como en Tarragona y Salou, asegura que el baile es una práctica que «ayuda a mucha gente a salir de casa y socializar, es una excusa perfecta». «Llevo más de 15 años enseñando y todo empezó por casualidad. Iba a recibir unas clases de baile años atrás en un establecimiento e hice amistades y, junto a personas como Ceci, me animé a convertirme en profesora», rememora Castillo, quien declara que, una vez obtuvo el título de monitora e instructora, empezó a dar clases. «Lo hago en centros cívicos de Reus, aparte de otros municipios, y una vez al mes acudimos a la sede del Centro Cultural Extremeño de Reus, y junto a las profesoras Carmen Roca e Isabel Calero, hacemos baile libre; el próximo día 2 de marzo, haremos country, de las 18 a las 20 horas», destaca.
Está abierto a todas las edades, pero «suele venir más gente mayor, sobre todo mujeres, hombres no tanto». «Lo bueno del baile en línea, disciplina reconocida por la Federación Española del Baile Deportivo entre sus especialidades, es que se trata de un baile social», comenta. Cada música, prosigue, «tiene una coreografía, con lo que ejercitas la memoria y practicas una actividad física de ritmo moderado». Otra característica que subraya Castillo es que se generan grupos de gente de lo más heterogéneos: «Con el baile como nexo, se crean grupos que, aunque no tengan los mismos intereses, traban amistad y fuera del baile, incluso, quedan para cenar juntos o verse; es una manera de mover a gente».